Existe un proyecto de ley para su conservación.
Detrás de Ciudad Universitaria se encuentra un terreno costero de aproximadamente 5 ha. Similar a la historia de Costanera Sur, éste se ha formado como producto de los rellenos producidos desde la década del 50 junto a la sedimentación de materiales aluvionales procedentes de diferentes ambientes compuestos por comunidades vegetales tanto nativas como exóticas, entre los que se destacan una laguna, un bosque y pajonales proporcionando un rico espacio para una gran diversidad de aves.
Actualmente las obras que está realizando el Gobierno de la Ciudad de Bs. As., con el fin de realizar el proyecto “Parque Natural y Público Ciudad Universitaria” están alterando éste lugar sumamente interesante y valioso, motivo por el cual varias ONG´s y ciudadanos han promovido que se lo declare como una nueva Reserva Ecológica para la ciudad.
El proyecto de ley que contempla la creación de la “Reserva Ecológica Costanera Norte” se encuentra en estudio en la Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura porteña, a la espera de los “informes técnicos” que acrediten que el lugar pueda ser considerado para recibir un grado de protección. Pero las obras avanzan con rapidez y cada minuto es una afrenta contra estos ambientes, cada día mas alterados. Mientras los tiempos de espera parlamentario son lentos, las máquinas comenzaron a “desmalezar”, talar árboles y a dividir la laguna con un terraplén. Ya han limitado la conexión que tiene la laguna con el río. Éstas intervenciones agresivas están comprometiendo seriamente al bosque y a la laguna, la cual fue considerada en la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) como el ambiente de mayor vulnerabilidad, ya que es utilizada por varias especies de aves para su nidificación.
Desde la Gestión “Reservas Educativas” de la Fundación de Historia Natural “Félix de Azara” consideramos que la creación de la “Reserva Ecológica Costanera Norte” posibilitaría a los ciudadanos aprovechar el máximo de las potencialidades que ofrece el lugar, ya que al utilizarlo sólo como espacio recreativo se estaría desperdiciando su alto valor educativo (considerando su cercanía con la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) que resulta un laboratorio viviente para sus estudiantes), además del valor ecológico.
Por eso, sostenemos que para ofrecer un nuevo espacio a la comunidad, el Gobierno debería controlar que se respeten las observaciones descriptas en la EIA para la obra, y así apuntar a un desarrollo sustentable compatible con el medio ambiente.
Gestión Reservas EducativasFundación de Historia Natural “Félix de Azara”
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